Subgénero: La Biografía.
La es la historia de vida de una persona. La palabra proviene de un término griego compuesto: bios (“vida”) y graphein (“escribir”). Biografía puede utilizarse en sentido simbólico. Por ejemplo: “La biografía de la presidenta refleja que nunca ha estado en una situación semejante”. En este caso, la noción de biografía hace referencia a la historia de vida en general, sin un sustento material.
''Pese a lo que acabo de escribir, reconozco que buena parte
de mis sentadas las paso soñando despierto; también reconozco que eso de soñar
me resulta, en general, bastante agradable. Pero no me engaño: eso no es
meditación. Parece meditación, pero no lo es. Porque no se trata de soñar
despierto, sino de estar despierto. Soñar es escaparse, y para vivir no es
preciso estar siempre escapándose. La dificultad radica en que nuestros sueños
nos gustan mucho, en que nos emborrachamos con ellos. Vivimos ebrios de ideas e
ideales, confundiendo vida y fantasía. Bajo su apariencia prosaica, la vida,
cualquier vida, es mucho más hermosa e intensa que la mejor de las fantasías.
Mi compañera real, por ejemplo, es mucho más hermosa que la idea maravillosa
que yo pueda hacerme de ella. Mi novela real es infinitamente mejor que
cualquier novela imaginada, entre otras cosas porque esa novela imaginada ni
siquiera existe. Cuesta mucho aceptarlo, pero nada hay tan pernicioso como un
ideal y nada tan liberador como una realidad, sea la que sea. Lo bueno de la
meditación es que, en virtud de mi ejercicio continuado, empecé a desechar de
mi vida todo lo quimérico y a quedarme exclusivamente con lo concreto. Como
arte que es, la meditación ama la concreción y refuta la abstracción. Quien
abandona la quimera de los sueños, entra en la patria de la realidad. Y la
realidad está llena de olores y texturas, de colores y sabores que son de
verdad. Claro que la realidad puede ser torpe o excesiva, pero nunca defrauda.
Los sueños, en cambio, sí que nos defraudan. Más aún: la naturaleza del sueño,
su esencia, es precisamente la decepción. El sueño siempre se escapa: es
evanescente, inasible. La realidad, por el contrario, no huye; somos nosotros
quienes huimos de ella. Hacer meditación es tirarse de cabeza a la realidad y
darse un baño de ser.''
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