martes, 17 de febrero de 2015

La Biografía

Género: Narrativo.
Subgénero: La Biografía.

La es la historia de vida de una persona. La palabra proviene de un término griego compuesto: bios (“vida”) y graphein (“escribir”). Biografía puede utilizarse en sentido simbólico. Por ejemplo: “La biografía de la presidenta refleja que nunca ha estado en una situación semejante”. En este caso, la noción de biografía hace referencia a la historia de vida en general, sin un sustento material.


''Pese a lo que acabo de escribir, reconozco que buena parte de mis sentadas las paso soñando despierto; también reconozco que eso de soñar me resulta, en general, bastante agradable. Pero no me engaño: eso no es meditación. Parece meditación, pero no lo es. Porque no se trata de soñar despierto, sino de estar despierto. Soñar es escaparse, y para vivir no es preciso estar siempre escapándose. La dificultad radica en que nuestros sueños nos gustan mucho, en que nos emborrachamos con ellos. Vivimos ebrios de ideas e ideales, confundiendo vida y fantasía. Bajo su apariencia prosaica, la vida, cualquier vida, es mucho más hermosa e intensa que la mejor de las fantasías. Mi compañera real, por ejemplo, es mucho más hermosa que la idea maravillosa que yo pueda hacerme de ella. Mi novela real es infinitamente mejor que cualquier novela imaginada, entre otras cosas porque esa novela imaginada ni siquiera existe. Cuesta mucho aceptarlo, pero nada hay tan pernicioso como un ideal y nada tan liberador como una realidad, sea la que sea. Lo bueno de la meditación es que, en virtud de mi ejercicio continuado, empecé a desechar de mi vida todo lo quimérico y a quedarme exclusivamente con lo concreto. Como arte que es, la meditación ama la concreción y refuta la abstracción. Quien abandona la quimera de los sueños, entra en la patria de la realidad. Y la realidad está llena de olores y texturas, de colores y sabores que son de verdad. Claro que la realidad puede ser torpe o excesiva, pero nunca defrauda. Los sueños, en cambio, sí que nos defraudan. Más aún: la naturaleza del sueño, su esencia, es precisamente la decepción. El sueño siempre se escapa: es evanescente, inasible. La realidad, por el contrario, no huye; somos nosotros quienes huimos de ella. Hacer meditación es tirarse de cabeza a la realidad y darse un baño de ser.''




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